
Una directriz muy marcada y
angular separa virtualmente el garaje y el patio del ambiente principal.
Este ambiente empieza a poner a prueba la cotidianeidad. Una sucesión
de living, un piso de cristal sobre la bodega, un comedor principal, una
biblioteca, un family y la cocina, juntos para crear un espacio único y
amplio, funcional y práctico. La escalera sobrevive la etapa de taller
mecánico y se convierte en un elemento estético impactante.
Reminiscencias de los años 50
mezclados con modernidad fueron las bases para decorar los ambientes. La
baranda de la escalera, el armado de los escalones, el muro de piedra,
los muebles del living, las arañas, las alfombras de antaño conjugan con
el moderno diseño del cielorraso, los muebles de cocina y el tipo de
carpinterías de aluminio natural. Colores impactantes como el violeta
del patio y el naranja del toilette dan marco e individualidad. Y la luz
siempre presente, en el patio exterior, en la doble altura de la
biblioteca, en el patio de acceso.
En la planta alta, llegamos a
los dormitorios de los hijos y por medio de un puente de cristal
accedemos al dormitorio principal. Y la idea de loft continúa. En un
único ambiente tenemos la cama matrimonial, el baño con una soñada
bañera central, las bachas a la izquierda y el toilette y la ducha
separados a la derecha. El placard que en este caso es un verdadero
“walking closet” también se integra a este único espacio. El color rojo
predomina, dando fuerza y carácter. La madera de color wenge tranquiliza
y equilibra. En el otro extremo de la planta alta, esta el corazón y la
expansión de la casa. Una pileta de natación con venecitas de color
verde con degrade de blancos. Una expansión generosa para esas horas de
descanso y el verde de los plátanos protegiendo el lugar.
Siguiendo por las escaleras,
accedemos a la planta superior. Un lugar para deleitarse con los asados,
para disfrutar con amigos. Y una expansión para tomar sol y balconear
hacia el corazón del loft.
Los trabajos en la fachada aún hoy nos asombran. Es la misma fachada del antiguo taller, con los mismos vanos, el mismo balcón y con una terminación tipo pórtico superior que le da escala y jerarquía al loft. Y aún hoy el año 1957 que rezaba en la fachada como inicio de las actividades de taller mecánico retumba diciendo presente.
Los trabajos en la fachada aún hoy nos asombran. Es la misma fachada del antiguo taller, con los mismos vanos, el mismo balcón y con una terminación tipo pórtico superior que le da escala y jerarquía al loft. Y aún hoy el año 1957 que rezaba en la fachada como inicio de las actividades de taller mecánico retumba diciendo presente.
Es la casa con la que
algunos soñamos, con espacios libres, amplios, bañados de luz. Un lugar
pensado para pensar, para conversar, para habitar, para vivir y
disfrutar. Sus dos virtudes son cotidianeidad e individualidad. La
cotidianeidad puesta a prueba todos los días. Y la individualidad
entendida como la respuesta de los Arquitectos a un tema específico y a
un usuario determinado como si se tratara de “un traje a medida”.
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